Hostal con carácter.
En nuestro hostal combinamos creativamente la modernidad y la sensación tradicional en las habitaciones. Trabajamos cada día para consolidar nuestros orígenes, brindando una experiencia única. Trato personal, atención y cordialidad para satisfacer vuestras necesidades y que os sintáis como en casa. Deseamos que disfrutéis con entusiasmo de un refugio mediterráneo, con una atmósfera tranquila y serena en la Costa Brava, a tan solo un paso de numerosas actividades lúdicas.
El origen.
En la época romana, en Llafranc se producía vino y vasijas de barro. De su puerto salían ánforas, materiales de construcción, cerámica de cocina y vajillas, además de vino. Con los siglos, se dejó de exportar cerámicas, y las barcas regresaban cargadas de pescado que les costaba vender, ya que el puerto de Calella era una fuerte competencia. Llafranc tenia un puerto más modesto y un día decidieron regalar el producto de su pesca. Los habitantes de Calella dijeron: «¡Allí es gratis! ¡Vamos, que es gratis!» (la expresión «allà de franc» en catalán). Y así bautizaron el pueblo: Allàfranc, y más adelante Llafranc.
El nombre del hostal hace referencia al descubrimiento en 1980, en Llafranc, donde se hallaron 78 tejas de época romana abandonadas antes de la cocción, de las que se conserva un sólo ejemplar en buen estado.